“Quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido, equivale a mantenerse con vida pero no vivir.”
Piensa en aquello que te amenaza, detiene o paraliza. ¿Miedo? ¿Temor? Visualiza qué te impide dormir o te provoca ansiedad durante el día. ¿A qué le temes? ¿Cuán real es eso? ¿Cómo te limita?
El miedo o temor es una emoción caracterizada por un profundo sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro – real o supuesto – presente, futuro o hasta pasado. Es una emoción primaria derivada de la aversión natural al riesgo o la amenaza, cuya máxima expresión es el terror. El vocablo procede del latínmetus.
Según el diccionario de la Real Academia Española el miedo es la “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. Es importante examinar los elementos que activan la ansiedad para poder responder a la preocupación real, y descartar los ‘fantasmas’ imaginarios. Se recomienda no buscar alivio o refugiarse en la comida; la comida es para alimentarse y para algunos pequeños placeres, pero controladamente.
El miedo se relaciona con recelo, aprensión, espanto, pavor,, horror, fobia, susto, alarma, peligro o pánico. Desde el punto de vista biológico, es un mecanismo de supervivencia y de defensa que permite responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso. Neurológicamente es una forma común de organización del cerebro primario de los seres vivos, y consiste en la activación de la amígdala, situada en el lóbulo temporal. Psicológicamente, es un estado afectivo, emocional, necesario para la correcta adaptación del organismo al medio, que provoca angustia en la persona. Social y culturalmente, el miedo puede formar parte del carácter de la persona o del orden social. Por lo tanto, se puede aprender a temer, como también a “no temer”.
El miedo se complica con otros sentimientos: miedo al miedo, al amor, a la soledad, a la vida y a la muerte, al ridículo, al fracaso, al éxito, a la escasez, a la muerte. Es necesario reemplazar el miedo en la vida con emociones más productivas, efectivas y creativas. Para ello es vital comprometerse a reconocerlo en voz alta: “Éste es el momento para aceptar y enfrentar lo que me atemoriza, para poder trascenderlo”. Es el tiempo para liberarse de la tiranía del miedo y transformar esa energía en Amor. En vez de evadirlo, abrazar el caos. Ser valientes, sentarnos tranquilamente a conversar con él y envolverlo en consciencia y amor, convirtiéndolo así en un maestro espiritual. Después de todo…es energía creada por la propia persona. Muchas veces, experiencias que no asociamos con crecimiento espiritual, nos pueden servir de guía.
Por ahí viene… Señales para detectar la energía de miedo
El miedo tiene matices (riesgo, peligro, alarma) y gradaciones (espanto, terror, pavor, pánico descontrolado). Podemos detectarlo porque produce cambios fisiológicos inmediatos. Así que cuando se incremente el metabolismo celular, aumente la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea, la alarma está sonando. El sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.

Miedo en los niños
No hay edad para experimentar el miedo. Si los hijos sufren por algún miedo es muy importante transmitirles tranquilidad, seguridad, y ayudarlos a superarlo con mucho cariño y comprensión. Generalmente, los miedos suelen aparecer entre los 3 y 6 años de edad. El niño todavía no entiende el mundo que lo rodea y tampoco es capaz de separar lo real de lo imaginario. En los primeros años de vida, conoce la existencia de personajes a través de los cuentos y películas y a la vez pasa a inventar compañeros y personajes, e incluso situaciones imaginarias.
Algunos miedos llegan a ser perjudiciales a su desarrollo, pero otros pueden hacer que el niño evite algún accidente: miedo al cruzar una calle, a caerse del columpio, a hablar con desconocidos… Son miedos que enseñan al niño a ser más precavido.
Según algunos investigadores, los miedos aparecen y desaparecen, a veces sin darnos cuenta. Cambian a la medida que el niño va creciendo. Muchos de estos miedos se ven inducidos por el ambiente externo y otros están fundados en experiencias negativas y pueden servir a los padres como alarma para identificar situaciones de algún maltrato o abuso a su hijo. Uno de los miedos más habituales en los niños pequeños es la angustiosa separación de sus padres, el miedo al abandono. Pero a medida que éste madura conoce con más profundidad la realidad, y así superará sus miedos. No se puede acabar con todos sus miedos porque estos también les permiten entender el mundo y sentirse más seguros en su habilidad para luchar contra el miedo.
“La única seguridad real se encuentra en nuestra fortaleza interna.”
En este mundo tan acelerado y estresante, es posible aprender a crear estados de ánimo más saludables que permitan accionar y alcanzar los mejores resultados en la vida personal y profesional.
¿Qué hago con mis miedos?
Identifícalo – Reconócelo y Acéptalo – Enfoca y Valídalo – Libéralo – Ábrete al cambio
- Siente tu cuerpo – ¿Dónde sientes tu miedo? ¿Qué te dice tu miedo? ¿Qué genera tu miedo en ese momento en tu cuerpo, en tu mente, en tus decisiones? RESPIRA.
- Reflexiona – ¿De qué te quiere proteger este miedo? ¿Para qué apareció aquí y ahora en tu vida? ¿Qué señal de alerta trae? Si detectas que el miedo es imaginario, DÉJALO IR. Si llegó para protegerte, toma la advertencia para tus próximos pasos.
- Planifica – ¿Cuál será mi nueva ruta? Suelta ESE MIEDO y diseña alternativas para transformar esa energía. Su tiempo para acompañarte ha expirado. Enfoca hacia nuevos horizontes y CREA una nueva realidad con nuevos paisajes.

- Actúa – ¿Cuándo comienza mi cambio? La mejor manera de que tu miedo desaparezca es TOMANDO ACCIÓN. Escoge decisiones sabias y avanza hacia el logro de tus metas, EN COMPLETO AMOR con nuevas facetas en la esfera personal y laboral. Las relaciones serán mucho más provechosas y nutritivas.
¡DESPUÉS ME CUENTAS!
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La autora es Estratega en Mercadeo, Coach Personal y Empresarial Certificada PCC, Miembro activo y con Credencial de International Coaching Federation (ICF), Coach Ontológico y Digital avalada por Instituto de Coaching Internacional (ICI), Miembro de Asociación de Coaches en Línea (ACL), Especialista en Inteligencia Emocional (GENOS), Tanatóloga (ISTEPA), Profesora en Comunicaciones, Mediadora de Conflictos, Directora de Coaching Global School & Learning Center (COGLOS)™, Fundadora de YogaLatina, Consultora en Comunicaciones y Conferenciante Organizacional.
